lunes, 7 de marzo de 2022

¡Estás quemado!

Por: Armando Martínez
Lic. Psicología UNAM
Colaborador de la Revista Divergencia



Año 2022, ¿Aún es necesario decir que el estrés mueve nuestras vidas? o ¿qué la ansiedad nos acompaña a todos los lugares a los que nos dirigimos? y, si bien, sobrellevamos dichas situaciones tarde o temprano pueden alcanzarnos y prácticamente siempre nos llevamos la peor parte, por muy leve que sea el estrés o la ansiedad, golpean duro. Cada persona es más o menos resistente a dichos asuntos y se tiene mayor recepción en ciertas situaciones, escuela, hogar, al aire libre, en el transporte, etc. Pero, siempre suele presentarse en una situación laboral debido a las exigencias del empleo y de que tanto la persona esté satisfecha con su trabajo. Ya sea en oficina, aire libre, construcción, manejando y un sinfín de trabajos más.


Pero, ¿a qué vamos con todo esto? vamos a presentar otro elemento que ha estado presente oficialmente desde el año 2000, fecha en que la OMS lo reconoció como un factor de riesgo por su capacidad para afectar la calidad de vida, salud mental e incluso hasta poner en riesgo la vida, ¿pero a que nos estamos refiriendo? Imaginen un redoble de tambores… con ustedes… El «Bornout».

El Bornout, si lo traduces en Google Translate significa «Agotamiento», empezando por ahí ya tienen una idea sobre lo que es, sin embargo, abarca muchos aspectos más de la vida de una persona. Primero, ¿qué es? El Bornout es una respuesta al estrés laboral integrado por actitudes y sentimientos negativos hacia las personas con las que se trabaja y hacia el propio rol profesional, así como por la vivencia de encontrarse agotado (Gil, 1999). Es importante mencionar que, si bien se habla que afecta el mundo laboral de la persona, el «Bornout» también afecta otros ambientes que son más personales o educativos.

Pero, ¿cómo se si tengo «Bornout»?, el diagnóstico se debe realizar con un especialista y pruebas estandarizadas como el «Copenhagen Burnout Inventory (CBI)» o el «Cuestionario para la Evaluación del Síndrome de Quemarse en el Trabajo» (En efecto fue realizada en España, de ahí el feo nombre). Sin embargo, pueden darse una idea de si pueden tener rasgos de «Bornout» ¡Si usted presenta alguno de los siguientes síntomas vaya al psicólogo por su diagnóstico y posible tratamiento!; Cansancio o agotamiento emocional, Despersonalización, es decir, proteger sus sentimientos de la llegada de impotencia, indefinición y frustración de la actividad laboral; por último, el abandono de la realización personal, perder el valor que dicha actividad laboral tenía para el sujeto y todo esto debe estar afectando visiblemente su estabilidad emocional y laboral, afectando a terceros.

¿Qué hago si pienso que tengo Bornout? asiste con un especialista,pero en lo que asistes, conoce el Bornout, infórmate sobre qué es, por qué puedes desarrollarlo, aprende de él para poder combatirlo, puedes aprender técnicas de relajación y respiración, son de fácil acceso en Google y lo que ayuda a casi todos, mejora tus hábitos, haz ejercicio y controla (de preferencia deja de consumir, pero por mientras) tus consumos de tabaco y el alcohol, ya que fumar puede desarrollar problemas emocionales a mediano y largo plazo.

Ahora ya lo sabes, ya lo conociste, no dejes que influya en gran medida en tu vida, si bien, es muy posible que tengas Bornout en algún momento podrás identificarlo y tomar manos a la obra para eliminarlo de tu vida.

En Revista Divergencia estamos comprometidos con la salud mental y si tu o alguno de tus conocidos pasa por este tipo de problemas, contáctanos y ya sea que podamos apoyarte o canalizarte con algún especialista que pueda ayudarte.

Y tú, ¿ya estás quemado?

Si tu respuesta fue «Sí», busca tratamiento.

Si tu respuesta fue «No», busca la prevención.







Referencias

Gil, P. (1999). Perspectivas teóricas y modelos interpretativos para el estudio del síndrome de quemarse por el trabajo. Anales de Psicología, 15, 261-268. 
Saborío, M, L., Hidalgo, M, (2015) Síndrome de Bornout. Medicina Legal de Costa Rica, 32 (1), 1-4.




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