jueves, 30 de junio de 2022

LA VIOLENCIA LABORAL Y LAS MUJERES

Por: Zaida Villanueva
Lic. Derecho UNAM
Colaboradora de Revista Divergencia

Históricamente, los trabajos que realizan los hombres y mujeres han estado determinados en función de su género, asignando esferas y tipos de trabajos diferenciales y excluyentes, por ejemplo, a las mujeres se les asignaron los trabajos domésticos, así como todo lo relacionado al desarrollo en el hogar y la familia; por otro lado, a los hombres se le atribuyeron los trabajos remunerados.


Aun cuando las mujeres se han posicionado en el mercado laboral, la historia nos sigue debiendo mucho, ya que los espacios que históricamente y tradicionalmente han sido ocupados por hombres y que, ahora han optado por recibir a las mujeres continúan aceptándoles a partir de lógicas de discriminación y violencia propias de las relaciones de género, tales como; el reparto inequitativo de las responsabilidades de las tareas de cuidado familiares, la segregación laboral, las diversas discriminaciones en el acceso al mercado de trabajo, la desigualdad en las condiciones laborales que terminan traduciéndose en las brechas salariales entre los géneros y la violencia basada en el mismo que aún son más habituales de lo común.

Así, lejos de encontrarse con espacios laborales igualitarios, las mujeres suelen arribar a espacios donde se reproducen relaciones de abuso de poder basadas en la supremacía masculina sobre la femenina que las expone a riesgos y situaciones de violencia de género. Tan sólo en México, el 22.6% de las mujeres laboralmente activas han declarado haber sido víctimas de violencia laboral.

Esta problemática se apoya en estructuras culturales y sociales, que no solamente tienen lugar en el ámbito privado sino también en otros espacios. Por lo tanto, es importante la concientización de la problemática en todos los niveles de las organizaciones laborales, para poder abordar dichas situaciones.

Por ello, para comenzar a materializar ese cambio es importante entender que la eliminación de la violencia contra la mujer es la condición indispensable para su desarrollo individual y social, así como su plena e igualitaria participación en todas las esferas de vida.

Desde los espacios políticos, la Secretaría del Trabajo y Previsión Social en compañía de «inmujeres», han mencionado que todos los centros de trabajo tanto públicos como privados, tienen la obligación de implementar un protocolo para los casos de violencia laboral, esto con la finalidad de erradicar y crear espacios dignos donde las mujeres puedan desarrollarse sin ser víctimas de la violencia de género; sin embargo, aún existen muchos lugares donde estas violencias siguen practicándose, por lo que resulta necesario revisar la debida aplicación de dichos protocolos o mecanismos de acción para garantizar estos espacios libres de violencia.



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