martes, 5 de julio de 2022

LA METÁFORA DEL SÁNDWICH

Por: Mauricio Villanueva
Est. Ciencias de la comunicación-comunicación política UNAM
Colaborador de Revista Divergencia

¿Cuántas respuestas se esconden en los problemas del día a día?

Hace unas semanas se estrenó la nueva película de Disney-PIXAR:«Lightyear» (2022), la misma que, se supone, vio un tal Andy de apellido desconocido en 1995 y que le provocó un fanatismo por el guardián espacial de proporciones que solo en la infancia se pueden conocer. No me interesa discutir sobre la cinta lo ya esgrimido por todas las posiciones en todos los medios a todas horas durante las últimas dos semanas. Prefiero ocupar estas líneas en reflexionar alrededor de una de las expresiones menos ortodoxas de toda la cinta: el sándwich de dos carnes.


La confusión de Buzz es evidente cuando en un momento de la película (como por la mitad) su extravagante equipo de aventura le da un sándwich para recuperar energía. La peculiaridad de este es que son dos rebanadas de fresco jamón abrazando a una porción de pan las que lo componen. La sensación de extrañeza en el guardián espacial se comparte de forma hilarante con el público que ve la escena: eso no es un sándwich; pero sí lo es.

La naturalidad con la que engullen el alimento genera un conflicto en primera instancia, pero invita a una pregunta que esconde más filosofía de la necesaria: ¿por qué para ellos eso sí es un sándwich?

En la narrativa de la película, los viajes que para Buzz duraban cuatro minutos implicaban un tránsito temporal de cuatro años para quienes lo esperaban de vuelta en el planeta. Básicamente, Lightyear pasó 60 años entre viaje y viaje sin detenerse a analizar qué había pasado durante ese tiempo en la comunidad que habitaba dicho terreno (y que prácticamente levantó una sociedad de la nada). Su ausencia, y su afán por «completar la misión», le impidió disfrutar de una cotidianidad que de cerca se mostraba constante, pero que de lejos ya reflejaba los inevitables cambios que siempre traen las nuevas generaciones.

¿Cómo pudiste comer el sándwich así (con dos panes y una carne) toda tu vida? Es la pregunta que convierte 10 segundos de película en una oportunidad de apreciar la eterna dialéctica de las sociedades. Lo que para el guardián espacial siempre fue normal, para sus camaradas resultaba algo propio de la ciencia ficción o demasiado anclado en el pasado como para concebirlo real (vaya aberración comer un sándwich así); seguramente crecieron sin ver el sándwich tradicional.

La lección parece burda por lo simple: hay cosas que están socialmente construidas y que son susceptibles a cambiar, siempre con el actuar social como condición. Es decir, en algún momento, la osadía de una persona transformó el sándwich tradicional al invertir sus componentes: resultaba mejor (más nutritivo, más lúdico o quizá hasta más eficiente) abrazar un pan con dos húmedas rebanadas de jamón. El cambio pudo ser complicado (o no), pero se logró interiorizar en la sociedad al grado de que ese fue el ideal de emparedado con el que creció todo el equipo de Buzz: la cultura del sándwich con dos jamones y un pan.

Así como con el sándwich, el entendimiento de los cambios sociales y culturales debe darse más desde la curiosidad y no solo desde la reacción o la negación. Cambiar las formas tradicionales, históricas (hábitos, costumbres, formas de mediar la convivencia), no es una cuestión necesariamente de desorden, sino de sentido. Cambiamos porque aceptamos que se erige una nueva cultura (una nueva manera de hacer las cosas) y se erige una nueva cultura porque aceptamos que es adecuado que algunas cosas cambien en tanto que lo anterior dejó de funcionar por alguna razón que, por supuesto, tiene su explicación (no siempre sencilla).

Las reacciones a estos cambios siempre estarán presentes, en buena medida porque el cambio cultural-social refleja, a su vez, la transformación de los valores que sostenían las formas anteriores (comíamos el sándwich de cierta forma porque era la forma que mejor respondía a las necesidades generales en ese momento). Con esos valores, juzgamos si lo nuevo o lo viejo conviene a los fines sociales que perseguimos, y pueden inspirar la resistencia al cambio lo mismo que promover las nuevas formas de hacer la cotidianidad. En la construcción de lo nuevo, ambos bandos estarán siempre en disputa para prevalecer sobre el otro, aunque es más conveniente aceptar que hay beneficios en apreciar todas las posiciones para, ahora sí, construir algo en conjunto.

Así, el cúmulo social, siempre pensante y cambiante, será el que defina qué se queda y qué se va. En la medida que empiecen a comer y a nombrar el sándwich de dos carnes como "el sándwich", el tradicional emparedado perderá su lugar en el mapa. ¿Es mejor? ¿es peor? Ese juicio corresponde a los valores que posea cada uno y al resultado que de la reflexión emane, pero la realidad social del sándwich (su existir en la nueva forma) ahí seguirá.

Hay valores que promueven el cambio y valores que reaccionan a él; los primeros normalmente son propositivos porque reconocen las necesidades colectivas y ofrecen nuevas formas de actuar frente a ellas; los segundos se aferran, muchas veces, a métodos anquilosados, que pueden ya no ser los más efectivos para el entramado social, y que pierden su legitimidad porque rechazan la siempre necesaria apertura a la crítica, al cuestionamiento y a la reformulación que les permita prevalecer.

La metáfora del sándwich de Buzz Lightyear se estaciona solo en los cambios sociales: las cosas cambian cuando la gente acepta que cambien; cuando empezamos a nombrar sándwich al sándwich de dos carnes, el sándwich de dos carnes se convierte en el sándwich real. Pero es importante conocer las motivaciones que legitiman esos cambios, los valores que están atrás del viejo y nuevo actuar social. Por ello, siempre será necesario impulsar la reflexión que acerque a todas las respuestas y deje de excluir en automático a unas por ser «viejas» y de aceptar indiscriminadamente a otras sólo por ser «nuevas». Obtendremos más respuestas complejas, pero también un mejor entendimiento del entorno social. Siempre podemos empezar por preguntar ¿por qué comen el sándwich de esa manera?


· MacLane, A. (2022). Lightyear. [Película]. Walt Disney Pictures-Pixar Animation Studios.







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