viernes, 15 de julio de 2022

SER UNA PERSONA DEFENSORA DE DERECHOS HUMANOS EN MÉXICO

Por: Zaida Villanueva

Lic. Derecho, UNAM

Colaboradora en Revista Divergencia

 

El constante crecimiento que experimentamos con las violaciones a derechos humanos en México presupone pensar en una de las aristas principales en la atención a estas irregularidades, la cual versa en las personas que exponen, atienden y alzan la voz por las diversas violaciones que se generan con la vulneración a diversos derechos inherentes al ser humano.


Para el colmo de nuestros males, las violaciones a derechos humanos, en múltiples ocasiones tendrán a quedar impunes, siendo uno de los principales desafíos de las personas que buscan generar una igualdad y sobre todo acceso a la justicia. Aún cuando estas violencias ocasionan un desgaste en el tejido social que afecta a todas las personas, lo preocupante radica en la agudización que viven diversos grupos vulnerables.

Es aquí, donde las personas y organizaciones que alzan la voz en contra de toda esta violencia  forman parte medular, sin embargo, enfrentarse a más violencias y represalias es el pan de cada día; esto nos lleva a razonar que dicha labor predispone a colocarles en un estado de vulnerabilidad extremadamente alta.

Tan sólo en México, una de las actividades consideradas más peligrosas es justo el ser una persona defensora de Derechos Humanos pues la labor de éstos reviste procesos de fortalecimiento que no sólo buscan nombrar causas, sino acceder a la justicia; lo cual, como ya lo mencionamos los coloca en situaciones complicadas por la violencia tan creciente en nuestro país.

Por ello, al ser un tema tan importante existen diversas políticas nacionales que buscan no sólo propiciar condiciones para que dichas personas realicen su labor bajo un estado proteccionista sino también el crear, proteger e impulsar los esfuerzos en el trabajo de la defensa y promoción de los derechos humanos; sin embargo, no son suficientes pues, estadísticamente, continúa habiendo un 90% de violencia ejercida en contra de ellas (a la par de las personas periodistas). Evidentemente tenemos que replantearnos muchos mecanismos, pues la necesidad está reconocida pero no los mecanismos para protegerles.

 

 


 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario