viernes, 31 de julio de 2020

NO, ESO YA NO ES CHISTOSO

Lic. En Ciencias de la Comunicación #UNAM
Colaboradora en #RevistaDivergencia
Tras el estreno del documental <<Mucho, mucho amor>>, que relata la vida de Walter Mercado, en redes sociales se desató una fuerte #crítica hacia el comediante Eugenio Derbez, por la parodia que realizaba del astrólogo en los años 90´s, a través del personaje Julio Esteban y la cual catalogó como una muestra de respeto y <<homenaje>>.
Muchas y muchos de los usuarios, expresaron que dicho personaje había marcado a generaciones que crecieron con estigmas y estereotipos irracionales de los integrantes de la comunidad #LGBTTTIQA, los cuales incitaban a la visualización de la homosexualidad como algo anormal, y como poseedores de conductas dignas de convertirse en mofa.
Una cosa es clara, las #generaciones, el humor y lo considerado <<gracioso>>, no son lo mismo que hace unos años, hay que reconocer que muchos de los personajes que vieron sus momentos de gloria, durante décadas pasadas, fue gracias a una parodia a base de ridiculización, una parodia que buscaba remitir a sectores altamente vulnerables a través de exageraciones sin sentido.
En México, la comedia ha sido utilizada históricamente como una forma de #manifestación, cargada de mensajes de odio y ridiculizaciones absurdas, que las nuevas generaciones no están dispuestas a tolerar, y que con el transcurso de los años, se han encargado de eliminar bajo el consumo ausente y la sacrificación de productos incitadores de #violencia y de discriminación.
Y no, no es que sean <<a generación de cristal>>, y que todo les molesta, hoy en día todas y todos debemos ser parte de un cambio estructural en donde la normalización de discursos y de actos #discriminatorios no tienen cabida, aún cuando estos, vengan disfrazados de comedia.
No se deben de normalizar los mensajes de odio, misoginia, discriminación u #homofobia, bajo el disfraz de la comedia, y el ser comediante no te exime de la responsabilidad que el vivir en sociedad representa, tal como lo es el respeto a los demás.
Para hacer reír no se necesita de mofa clasista, ni sexista, ni racista, no se necesita de homofobia, ni de una crítica constante a los #cuerpos que no se rigen bajo los absurdos estereotipos estéticos convencionales, y si esto no lo tienen claro las nuevas generaciones de comediantes, preparémonos entonces para una inminente declive de la comedia mexicana.

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