Por: #AxelAmbriz
Lic. Relaciones Internacionales #UNAM
Colaborador de #RevistaDivergencia
¿Cuáles pueden ser los vínculos que tengan los nuevos nacionalismos? Si la #globalización devasta la simple idea de lo que es nacional y lo que no lo es, simplemente lo global invade lo nacional, y es en esta idea donde nace lo contra global, pues el flujo contrario a la globalización es volver a poner al estado en el centro del logos, sin embargo, no es fácil ir contra corriente, pues nadie quiere quedarse fuera de la dinámica global y perder todas las situaciones de ganancia que el propio fenómeno trae consigo.
Como después de la revolución francesa y su proyecto universalista, nos enfrentamos a este fenómeno, donde naturalmente se restringe la propia soberanía a costa de la #obediencia al sistema económico mundial, que en este caso es el neoliberalismo, no sólo hablamos de economía, pues como piensa Fukuyama, la globalización se trata de una «Americanización» más que de una occidentalización, y la «Americanización» es también parte del pensamiento único que radica en la liberación económica, pero también en la idea predominante de la #democracia como una única vía al sistema de gobierno, de cualquier manera nos enfrentamos a una única forma de ver la #fenomenología global, a una única cultura, una sola cosmovisión, que los Estados Unidos han construido desde la década de los años 20's, pero que con el fin del bloque soviético, se convirtió en la cultura hegemónica, es la «World Culture», de la que obviamente es participe toda la maquinaria cultural de los Estados Unidos, como Hollywood, es en este momento donde el «Soft Power», se hace evidente como actor global, y es también evidente que el ritmo de #culturización debe ser frenado por otras culturas; como el Choque de Civilizaciones de Huntington, que es justo a lo que se refiere; que «otras civilizaciones» restringen este flujo unicivilizatorio, para permitir su propia subsistencia. De esta manera, #fenómenos terroristas, nacionalistas y fundamentalistas se hacen presentes, pues se resisten al cambio de lo nacional a lo global.
Cuando inició #La Guerra Civil en Siria en 2011, sólo era la consecuencia de un fenómeno regional en medio oriente, «La Primavera Árabe» que había dado inicio en Túnez. Todo este fenómeno buscaba la democratización y la #desaparición de las #dictaduras totalitarias de los países árabes, aunque en estos países nunca habían tenido reales regímenes democráticos, creían conocer lo que era la democracia, pero ¿Cuál es la democracia que los árabes conocían? Si la respuesta es su supuesta democracia, casi de único partido, nos acercamos a un problema, pues esa no es una democracia real, simplemente es una #dictadura. Y es que la democracia que ellos conocen es la americana; la democracia de occidente, pero que tal vez en sus países no puede funcionar debido a la propia construcción nacional de los Estados Árabes que vienen de un proceso muy largo, desde la caída del Imperio Otomano, hasta los protectorados británicos, es aquí donde se hace la pregunta ¿son Estados nacionales los países árabes? Y la respuesta es no, pero como se mencionó anteriormente, su #nacionalismo, sólo recae en la conjunción de lo nacional con lo estatal -en la concepción de Gellner- esa es la concepción de lo nacional para ellos, aunque existan multitud de tribus, sobre todo, cuando nos referimos a países musulmanes, la lucha entre chiismo y sunismo no permite que la construcción estatal en esta región del mundo sea real, pues las #fronteras se dibujaron de manera que las propias concepciones de nación fueron ignoradas.
Este nacionalismo integrador occidental, sumado a la globalización, sigue y seguirá trayendo muchos problemas en la región donde el despertar de las tribus se está haciendo presente, lo que se podría esperar en esta región del mundo no es la integración, sino la desintegración del modelo nacionalista oriental de Gernell, el que él llama; nacionalismo balcánico.
Según, Garnell, «...para la mayoría de los hombres, la inversión más valiosa, la esencia de su identidad, su seguro y su seguridad es la cultura desarrollada (alfabetizada) en que se han educado. De este modo ha surgido un mundo que, por regla general, dejando aparte pequeñas excepciones, satisface el imperativo nacionalista, la congruencia entre cultura y gobierno. La satisfacción del principio nacionalista no fue condición previa para la aparición del industrialismo; fue sólo el resultado de su expansión».
Y es que para Gernell, el futuro de los nacionalismos es crítico, pues en el #mundo industrial y los avances tecnológicos, dejan a dos sociedades completamente separadas; una sociedad que posee y otra que no tiene nada, provocando estas diferencias, que existan nuevos movimientos que él llama, «nacionalismo industrial» que no es el típico nacionalismo, sino una solidaridad entre los pobres. Que también y a mi forma de ver, pueden ser los nacionalismos regionales que la globalización trae consigo.
Algunos ejemplos de nacionalismo en la actualidad los tenemos en infinidad de actores de la sociedad internacional, con múltiples factores, que están relacionados a la propia globalización o a la industrialización Gernellista, en movimientos de regionalización, movimientos de fragmentación, movimientos de liberación y salida de bloques regionales.
En algunos de estos ejemplos notamos que existe una descentralización política, pues algunos son suma de la propia sociedad civil global, repito una vez más el aspecto nacionalista de los países inmersos en la «Primavera Árabe» que querían salir del yugo de gobiernos tiránicos, que en la concepción de Gernell nunca habrían sido derrocados si hubieran formado parte del propio nacionalismo árabe. Y es que podemos encontrar algo interesante en el apoyo que estos países árabes daban a algunas potencias occidentales, que por esta misma razón, los conflictos escalaron hasta que se convirtieron en conflictos internacionales como lo menciona, Gilberto Conde en su libro, Siria en el Torbellino «Las rebeliones populares ocurridas en los países árabes durante 2011 habían generado esperanzas en los habitantes de poderse sacudir el yugo de gobiernos tiránicos. Sin embargo, las insurrecciones, en general pacíficas, no sólo representaban desafíos políticos, sino que además ponían en tela de juicio la #geopolítica de las grandes potencias».
Así que tenemos una interesante interacción entre actores de la sociedad global, como lo es la propia sociedad civil de los países inmersos en el conflicto, pero también las empresas que sostienen intereses en la región, sobre todo empresas petroleras. Cabe resaltar que no terminan aquí los actores de la sociedad global, pues grupos terroristas como ISIS o Hezbolá entraron también en el juego, sobre todo cuando hablamos de Siria, donde un nacionalismo sirio se enfrenta a otros nacionalismos; un nacionalismo fundamentalista como el de Isis; un nacionalismo étnico como el de Hezbolá y el del Kurdistán y sobre todo al propio nacionalismo Sirio que sigue sobreviviendo a la difícil coyuntura, y que es apoyado por empresarios y por países árabes y occidentales como lo demuestra Sami Naïr: «La creación del 11 de noviembre de 2012, de la Coalición Nacional para las fuerzas de la Oposición y de la revolución Siria (CNFORS) en Doha, bajo la égida catari, saudí y norteamericana. La coalición resulta de un profundo trabajo llevado a cabo por el hombre de negocios sirio, Riad Seif fiel servidor de los Estados Unidos, con el objetivo de unificar la oposición Siria y recibir la unción internacional», por lo que aquí también notamos las funciones mínimas de las instituciones y sobre todo la descentralización política.
En asuntos como el «Brexit» y Cataluña, la problemática cambia, es un tipo distinto de nacionalismo, por ejemplo, en Cataluña los partidarios de la independencia dicen que Cataluña, que tiene su propia lengua y cultura, es una «nación» y, como tal, se les debe permitir tener su propio Estado. También dicen que Cataluña, una de las regiones autónomas más ricas de España, está transfiriendo un exceso de su recaudación fiscal a las regiones más pobres y que sus ciudadanos disfrutarán de un mayor grado de prosperidad si hubiera un Estado independiente. No obstante, Madrid considera que esa independencia viola la constitución española. Actualmente la situación, parece controlada, aunque en las últimas elecciones el partido nacionalista catalán logro más escaños en el parlamento, por lo que el asunto está sumamente lejos de terminar, sobre todo cuando pensamos que a la Unión Europea poco le convendría perder, como miembro, a una de las ciudades más ricas e importantes de Europa como lo es Barcelona.
En el caso del «Brexit», la verdad es que se presume que Reino Unido nunca se ha sentido parte de Europa continental, y consideran que sus costumbres y nacionalismo tiene muchas diferencias con el continente, por lo que nunca Inglaterra cuando era imperio, estaba sobajado en su soberanía a un aparato más grande como lo es la Unión Europea, Los que están a favor del BREXIT han alegado que Bruselas tiene mucho control e influencia en los estados que integran la unión y que han perdido soberanía. Otra razón fundamental es que han tenido que poner mucho dinero en el rescate de otros miembros, además de la situación de los refugiados. Se calcula que Reino Unido habría seguido recibiendo 250 mil inmigrantes en los próximos años de haberse quedado en la unión. Se alega que, de parte de los perdedores, el mayor problema es la inmigración ilegal.
Existen infinidad de ejemplos de nuevos nacionalismos, incluso en aquellos países que se piensan como democracias consolidadas como es el caso de los Estados Unidos y la creciente fuerza separatista Californiana.
Estos nuevos nacionalismos podrían ser el inicio de la resistencia contra la globalización y sus herramientas de estandarización del pensamiento único, pues existen muchos factores que se podrían analizar como parte de los nacionalismos, pero en general tenemos una marcada dinámica entre las dos lógicas de lo global, mientras que la fuerza centrípeta atrae a los actores al centro global, otros actores se están quedando afuera de la dinámica, saliendo despedidos de la propia vía global, esta lógica centrífuga comienza a localizar nuevos nacionalismos y movimientos que enfrentan la maquinaria globalizadora.
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