Por: #ÁngelMeza
Egresado de la Licenciatura en
Ciencias Políticas y Administración Pública por #UNAM
Colaborador de la
#RevistaDivergencia
Los mexicanos estamos viviendo un proceso electoral como muchos otros, donde se elegirá a la nueva clase gobernante del país y como ha sucedido anteriormente, a la mayoría de las personas no les importa este proceso y es entendible hasta cierto punto, ya que México se ha caracterizado por tener un sistema político corrupto que provoca que el poder rote dentro de una misma élite.
La democracia mexicana parece ser
un mito hasta este momento, los precandidatos que se muestran son personas que
pertenecen al mismo círculo político, en algunos lugares el poder se mueve
dentro de un mismo matrimonio o familia, ejemplo, puede que esté gobernando el
esposo y ahora se postula como candidata la esposa con el claro objetivo de no
soltar el poder, creando así una monarquía moderna, avalada y legitimada por
una democracia.
Debemos tener precaución con este
tipo de monarquías modernas, ya que utilizan los suministros y recursos
públicos que poseen como clase gobernante para coaccionar los votos, ejemplo,
se manda a la persona que se quiere candidatear a entregar ayudas y programas
sociales, además se crea una especulación y temor dentro de los trabajadores de
los entes gubernamentales, difundiendo un escenario en el cual perderán sus
empleos, si esa persona no gana las elecciones.
Por otra parte, tenemos a los
candidatos carismáticos, personas que emergen de la farándula, del deporte, de
diversos espacios que no tienen relación con las Ciencias Sociales, Políticas y
Jurídicas, surgen de lugares en donde las personas los identifican y los
reconocen, son personas que son puestas con el objetivo de ganar las elecciones
a como dé lugar, los partidos políticos quieren aprovechar la fama de estos
candidatos para obtener votos.
Entonces ¿por quién votar? y como
la mayoría de las personas puedo decir que no tengo ni idea, la democracia y el
sistema político mexicano se ha vuelto tan repugnante, que la decisión de por
quién votar es muy difícil, incluso es difícil tomar la decisión de votar, ya
que ninguno de los precandidatos lo veo con la intención de ver por el bien de
la sociedad.
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