Lic. Pedagogía, UNAM
Colaboradora de Revista Divergencia
México es un gran país en donde propios y ajenos, mencionan: «México no es potencia mundial porque no quiere», pero bien sabemos que para que esto suceda, es decir, para que un país tenga los elementos de crecimiento económico, es necesario tener una sociedad culta; con un nivel educativo que permita elevar la calidad de los productos, el comercio, proyectos y la política, por mencionar algunos puntos importantes.
Desafortunadamente, los Programas educativos de nivel básico que, Reforma tras Reforma, presentan decadencias en los contenidos y, a su vez, no permiten un crecimiento óptimo en la preparación académica de las generaciones. Aunado a ello, y como si no fuera poco, nos enfrentamos a un problema mayúsculo: «la pandemia por Covid», pues mantiene al país con muchos rezagos y, evidentemente, el sector educativo no es la excepción.
¿Qué hacer para cambiar esta triste realidad? ¿Qué hacer ante la falta de preparación por parte de las autoridades ante la gran problemática planteada? ¿Cómo modificar una realidad que nos tiene frenados y, por supuesto, tendrá sus secuelas? No perdamos de vista que la educción es la base de todo crecimiento.
Somos un país latino que no se rinde ante la adversidad y su creatividad es una fortaleza para contrarrestar las problemáticas que la población vulnerable vive día con día, pero no será suficiente para modificar esta gran brecha que cada día aumente.
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