Por: #RicardoLides
Lic. En Sociología #UAM
Director Editorial en #RevistaDivergencia
«Puede haber individuos que están convencidos de la verdad de la idea y, sin embargo, se están en casa, sin ocuparse de propagar aquello que creen justo. […] Pero es cierto también que deben tener la convicción muy débil o el ánimo tímido; porque cuando uno ve los males terribles que afligen a él y a sus semejantes y cree conocer el remedio que ha de ponerles fin, si tiene algo de corazón, ¿Cómo puede mantenerse tranquilamente sin obrar? El que conoce la verdad, no es culpable; pero lo es grandemente quien la conoce y hace como si la ignorara». -E. Malatesta.
Ante los hechos dramáticos que se viven en la actualidad, existe una #realidad olvidada por algunos sectores de la sociedad. Y es que la mayor parte de la población en México sufre hoy todavía hambre y viven al borde de la subsistencia. Esta cultura de la pobreza, plenamente invisibilizada por parte del Estado para no contemplar a los trabajadores «no calificados», ancianos y a individuos que viven en un submundo económico, es con la que viven, día tras día, miles de familias.
Habrá que recordar que para poder vivir –desde una postura fisiológica- hay que ingerir #alimentos; alimentos saludables para un desarrollo «optimo» del cuerpo humano, sin embargo, para poder obtener esos alimentos se tiene que tener un poder adquisitivo alto, a su vez, un trabajo «bien remunerado», cosa que en México no es posible en la mayoría de los casos.
Ahora bien, el trabajo bajo la lógica del capitalismo, se fue gestando como un «factor productivo» para los patrones, dejando de lado el factor humano, que es cuando no sólo se satisfacen las #necesidades básicas, sino también las necesidades sociales para la emancipación material.
Desde ese postulado, existe en México miles de individuos que no tienen el #poder económico para poder acceder a «El plato del buen comer» que, dicho sea de paso, es una Norma Oficial Mexicana para la promoción y educación para la salud en materia alimentaria, la cual propone una orientación para tener una alimentación completa. En él, existen lineamientos como los grupos de alimentos, la combinación y variación de alimentos para tener tres menús diarios, la aportación de nutrientes y energía con base a una alimentación correcta, entre muchos lineamientos más. Sin embargo, se sabe que la alimentación funge como una forma de distinción social, por ende, ese «derecho» que tanto impulsa el gobierno, se vuelve un privilegio para quien puede acceder a ese tipo de alimentación.
Si bien, la poca existencia de una #crítica hacía el gobierno actual, por un lado, de Andrés Manuel López Obrador y, por otro lado, hacía los gobiernos anteriores, sobre la pobreza y la falta de trabajo humano, se basa principalmente porque hay una relación de dominación, en términos weberianos, la dominación es «...la probabilidad de encontrar un mandato u obediencia en un grupo determinado de individuos». Por lo tanto, la tipología de dominación que predomina en el contexto político de AMLO es la carismática, ya que fue emanado del pueblo y elegido por el pueblo.
Ese #carisma unifica al pueblo y también lo hace más vulnerable, además configura y fortalece su liderazgo, ya que al «luchar» por los desposeídos o pobres, éstos no se rebelan, sino que lo respaldan con base a promesas efímeras que se hicieron en campaña para llegar al poder.
El #cambio radical puede existir para un bien común de la sociedad, pero no transfiriendo el poder de individuo a individuo –presidente a presidente- sino aboliendo el mismo poder.
Ilustración por, Lú Soriano.
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