Por: #ZaidaMargaritaVillanuevaHernández
Est. de Lic. en Derecho #UNAM
Colaboradora #RevistaDivergencia
Cuando una tortura, tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes nos
referimos uno de los principales escenarios donde estas prácticas son más comunes
de lo que quisiéramos encontrarnos en México como protagonista, que de la mano
con diversas autoridades, en su mayoría las Fuerzas Armadas y la Policía,
cometen esta violación a Derechos Humanos, muchas veces imperando la impunidad.
A pesar de que dichas conductas están tipificadas en la diversa legislación nacional, es importantísimo recalcar que existen diversos instrumentos internacionales como la Convención sobre la tortura y otros tratos crueles, inhumanos o degradantes, así como la Convención Interamericana para prevenir y sancionar la tortura, que tratan de prevenir, sancionar y erradicar dichas conductas en los estados parte.
A pesar de los esfuerzos de distintos organismos de protección a Derechos Humanos y aún cuando la Comisión Nacional de Derechos Humanos trabaja en acuerdo con la Federación Mexicana de Organismos Públicos de Derechos Humanos a través del Mecanismo Nacional de Prevención a la Tortura, siguen existiendo este tipo de prácticas en las cuales el Estado Mexicano trata de negar o maquillar su existencia.
Según la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos, se ha demostrado que la tortura y los malos tratos son acciones generalizadas dentro del territorio nacional donde de igual forma se ha comprobado que es utilizada como método de investigación y obtención de confesiones, así como para la fabricación de culpables; por otra parte, también se ha observado que existen ciertos contextos que privilegian la existencia de esta práctica violatoria de Derechos Humanos y estas son las detenciones arbitrarias y el arraigo. se ha observado que ciertos contextos favorecen la tortura, tales como las detenciones arbitrarias y el arraigo.
Por lo que robusteciendo lo sostenido por la Comisión, se investigaron
dichos actos a lo largo de la República Mexicana y se demostró que existe
incidencia de quejas por tortura y malos tratos en Chiapas con 4,321 quejas,
Ciudad de México con 3,143, Quintana Roo con 2,662, Durango 2,555 y finalmente
Nuevo León donde se han registrado 2,522 quejas.
Al tener claras estas cifras es necesario que las autoridades mexicanas adopten medidas urgentes y efectivas para que la vulneración a la integridad de las personas no siga existiendo con tanta frecuencia y normalización en nuestro país.
Tristemente, las deficiencias del sistema de justicia en México tienen un papel tan fundamental en la Comisión del tipo de tortura y otras formas de malos tratos que la tarea para prevenir y en su caso sancionar implica una labor complicada, pero que, sin duda implicaría un gran cambio para nuestro país.
No hay comentarios:
Publicar un comentario