Por: #JennyGutierrez
Lic. En Informática, #InstitutoTecnológicodeZacatepec
Colaboradora: #RevistaDivergencia
«Nosotros somos socialistas, somos enemigos del sistema económico capitalista actual porque explota al que es débil desde el punto de vista económico, con sus salarios desiguales, con su evaluación indecente de un ser humano según tenga riqueza o no la tenga, en lugar de evaluar la responsabilidad y la actuación de la persona, y estamos decididos a destruir este sistema capitalista en todos sus aspectos». - Adolf Hitler
Estas palabras usó Adolf #Hitler, conocido históricamente por sus actos durante la segunda guerra mundial con «la solución final» de la «cuestión judía». Millones de judíos entre niños, adultos y personas de la tercera edad perdieron la vida de forma cruel y, en muchos casos, #inhumanas.
Este hombre es el que dijo ser enemigo del sistema capitalista por explotar al débil desde el punto de vista económico, el hombre que defiende a la persona por su actuar y su responsabilidad, el mismo que dijo «conmigo se va la última esperanza del mundo, las democracias occidentales son decadentes, el comunismo, con gobiernos más autoritarios, a la larga, acabará conquistando el mundo».
Si un hombre es capaz de realizar #acciones tan infamantes y defender su postura con ser «la última esperanza del mundo», significa que la percepción de sí mismo no era la de un hombre malo.
Todos #conocemos al menos a una persona mala en nuestras vidas, es posible que pertenezca al medio en el que te desenvuelves: como tu familia, trabajo, escuela, vecinos, conocidos, figuras públicas, incluso, personajes históricos como Adolf Hitler. No importa la referencia que tengas, puedes identificar la maldad por sus vestigios.
La ley, la sociedad y el poder judicial, a menudo, señalan, califican y clasifican a las personas malas, les #imputan hechos que los hacen merecedores de perder su libertad y en el peor de los casos, hasta la pena de muerte.
La ironía de las personas malas es que nunca admitirán ser malvadas, incluso, es posible que nosotros seamos pérfidos desde la expectativa de otras personas, quizá, por hacer alguna acción inconsciente que les causó daño. No importa la causa, todos tenemos la capacidad de ser el malo de la película en la vida de un ser humano.
Todos en el fondo deseamos ser buenas personas, nadie quiere ser juzgado como un perverso y siempre vamos a ver la situación desde una perspectiva lógica y favorable para nosotros; justificando nuestro comportamiento como el único camino que pudimos haber elegido.
Todos los eventos son neutros, todo depende de nuestra interpretación; es decir, no existe lo bueno, ni lo malo, las cosas simplemente son, lo #bueno y lo #malo son una mera apreciación nuestra.
Desde este enfoque, «no existen personas malas, sólo existen las personas inconscientes».
Las personas inconscientes no saben el dolor que causan a otros. Si una persona mata, miente, traiciona, abusa, manipula, ofende, critica, humilla, grita, golpea o denigra de alguna forma a otro ser vivo, debes saber que es responsable de lo que hace, así mismo, debe pagar las consecuencias, pero es una persona inconsciente que «no sabe lo que hace». Si una persona fuera consciente no haría ninguna acción que produzca sufrimiento, dolor, angustia, muerte y frustración.
Una persona #consciente entiende que desde su responsabilidad debe asumir las consecuencias de todo lo que hace, piensa y vibra. Entiende que todo lo que lo rodea es un resultado de lo que es adentro de sí mismo.
Y recuerda que el ser humano siempre busca aceptación, reconocimiento y aprecio sincero, por lo que la respuesta a lo nefasto siempre es: «AMOR».
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