miércoles, 21 de julio de 2021

PASIÓN POR LA DESTRUCCIÓN

Por: #RicardoLides
Lic. Sociología #UAMXochimilco
Director General del Consejo Editorial  #RevistaDivergencia

En estos últimos años, la reivindicación por la lucha social ha venido de menos a más, desde la lucha diaria del sector agrario, hasta la lucha de las mujeres por diferentes factores de injusticia. Cada quien desde su barricada pugna por mejores condiciones humanas.
 

Es cierto la frase que la mayoría de nosotros nos hacemos en algún momento de la vida para seguir en pie de lucha; «quien olvida su pasado, está condenado a repetirlo». No se olvidan las huelgas de Cananea (1906) y de Río Blanco (1907), no se olvida el 1 de mayo con los Mártires de Chicago (1886), no se olvida la creación de «La voz de la mujer» por Virginia Bolten para denunciar la explotación de la mujer en el siglo XIX, no se olvida ninguna causa que involucre una lucha por la equidad humana. Por lo cual, el tiempo no nos quita la razón ni el cuestionamiento social hacia lo establecido.

Dichos cuestionamientos cada vez hacen más eco en la sociedad, el orden fundado en la explotación cada vez es menos tolerable en los individuos. El impacto que tienen los diferentes movimientos sociales ha hecho que la trasmisión de la resistencia crezca y se vean inmiscuidos en las diferentes formas organizativas.

La simpatía y acercamiento que tienen los individuos con la lucha social es algo que se tiene que resaltar con mayúsculas, puesto que, históricamente la mayoría de movimientos son silenciados gracias a una incomprensión y tergiversación interpretativa, dando como resultado, en muchas ocasiones, que el movimiento caiga en una coyuntura. Por tal razón, se tienen que plantear objetivos claros de qué y para qué estamos dentro.

La lucha social es un constante devenir histórico, donde día a día se tiene que ir destruyendo lo que destruye a las y los individuos de la sociedad –aunque en muchos casos sólo se habla de cosas positivas y de construir una mejor sociedad, pero el hecho está en destruir- para construir una mejor convivencia más equitativa y humana.

Ya lo decía Bakunin, «La pasión por la destrucción es también la pasión creativa», de ese modo, debe existir un mejor análisis y reflexión para empezar a destruir el pensamiento arcaico que taladra en el entendimiento de los individuos y no negarnos a apoyar con la destrucción de las bases de nuestros malestares.

Por esta y más razones, hay que poner en acción la destrucción con una mejor organización, horizontalidad, estrategias y resistencia para una creación de prácticas y modelos alternativos que traiga consigo cambios asertivos para todas y todos.





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