Est. Lic. En Sociología #UAMXochimilco
Colaboradora de #RevistaDivergencia
La llegada del «segundo piso», como coloquialmente se le llama, está llena de incertidumbre y miedo a vivir más allá de lo que estamos acostumbrados; la denominamos una etapa donde descubrimos y volvemos a reinventar nuestras vidas.
La inseguridad, frustración, tristeza y muchas otras emociones, son las que abordan el paso de este tiempo, es aquí cuando expresamos qué nos gusta o, simplemente, nos desagrada, es una transición al mundo real donde sentimos que todo pasa muy rápido o, en ocasiones, muy lento.
Es una etapa donde se empiezan a desempeñar más roles de responsabilidad, donde se cree que el tiempo y la vida se juntan para estar en nuestra contra, pero ¿en verdad es así?
Nos sentimos insuficientes ante la vida, ya que percibimos que muchos hicieron bastantes proyectos que nosotros no hemos podido lograr (tener una familia, un trabajo, o desempeñarse en varias actividades a la vez).
Las crisis emocionales son las más difíciles de enfrentar, porque es donde vienen las preguntas difíciles: ¿qué estoy haciendo con mi vida?, ¿esto es lo que en verdad me gusta?, ¿y si no logro lo que estoy pensando? Todas estas cuestiones son entorno a nuestro futuro, pero lo importante es darnos cuenta de qué estamos haciendo en el aquí y ahora. Nos aferramos tanto al pasado que no observamos que todo en nuestro alrededor sigue si curso, pero visualizas que el pasado cada vez se aleja más y tu única opción es seguir avanzando.
Ninguna etapa es peor que otra, depende de nosotros como seres humanos, porque tenemos la persistencia de poder cambiar la forma de pensar, visualizar y actuar. No desaprovechemos la vida y las etapas por culpa de nuestros miedos, vive tus momentos como si fueran tu último aliento.
¡Hagamos valer el tiempo y que no se nos pase!
No hay comentarios:
Publicar un comentario