miércoles, 20 de octubre de 2021

MEJOR SIN TABÚES • SEXUALIDAD •

Por: #CarolLuna
Est. Lic. Ciencias Políticas y Administración Pública #UNAM
Colaboradora de: #RevistaDivergencia


Existen diversas formas de desenvolvernos y expresarnos como seres sexuales, y aunque es una necesidad fisiológica básica para la humanidad, se ha tratado con severidad desde tiempos históricos debido a preceptos religiosos y sociales que impiden el libre, sano y, por tanto, responsable disfrute de la sexualidad.



Aunque para las nuevas generaciones se ha vuelto un tema más accesible debido a la mayor difusión de información al respecto (no siempre orientadora) en las familias y en diversos espacios, incluso académicos, se sigue tratando como un tópico lleno de tabús, generando múltiples dudas entre adolescentes quienes requieren aprender a emplear formas de autocuidado y desarrollar valores que les permitan planificar su proyecto de vida empleando una toma de decisiones consciente a través del tratamiento adecuado del tema.

Es preocupante, pues la falta de información que se produce cuando tratamos con sigilo, misterio e indiferencia el tema de la sexualidad, fomenta y perpetúa patrones de género mal establecidos que reproducen, a su vez, conductas machistas y violentas que ponen a las personas en situaciones de riesgo desde muy temprana edad, ya que el desconocimiento de nuestros propios cuerpos, los límites que van a resguardarnos, cómo decidir acerca de las formas en que nos vinculamos y relacionamos con otras personas afectivamente, desde una mirada saludable, nos pone en un estado vulnerable, propenso a normalizar y repetir aquellas conductas.

Por otro lado, los embarazos no deseados, el contraer enfermedades e infecciones de transmisión sexual y todo lo que esto conlleva; no es por casualidad. Los indicadores resultan ser la falta de comunicación en los hogares, el inicio temprano de las relaciones sexuales, la carencia de medios y preparación sobre métodos anticonceptivos y, por tanto, la poca percepción de riesgos.

La pregunta es, ¿queremos seguir tratando la sexualidad desde el prejuicio, el misterio y el rechazo?

La respuesta es sencilla, cuando se trata del deseo de formarnos como seres libres y responsables con capacidad de determinar lo que queremos, cómo lo queremos y en qué medida, asumiéndonos como personas merecedoras de placer y de una vida sana.

Pienso que el compromiso es grande para con todas las generaciones, porque aunque es un tema que impacta mayormente en jóvenes, también afecta en el pleno desarrollo de adultos y edades avanzadas, por lo que considero importante seguir fomentando la educación sexual, brindando acompañamiento y orientación clara sobre este tema de salud desde casa, espacios educativos y medios; desprendiéndonos de discursos atávicos que señalan y condenan a las personas por el ejercicio pleno de su sexualidad desde mucho tiempo atrás.

Hagamos esfuerzos por seguir construyendo sociedades más informadas, responsables y sin tabúes.




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