jueves, 3 de junio de 2021

YO DE MAYOR QUIERO SEGUIR TENIENDO ESPERANZA

Lic. Psicología Social UAM
Colaboradora de #RevistaDivergencia

El día de hoy les voy a compartir una #experiencia sobre lo que vivimos en la actualidad. Una nueva forma de adaptarnos a la #realidad debido a la pandemia de COVID- 19, desde los niños, hasta adultos mayores. Al momento podemos ver que ha pasado un largo año desde que la pandemia comenzó.

Y al referirme que deseo compartir una de las experiencias más inspiradoras, quiero decir al proceso de #solidaridad con el que se lleva a cabo la jornada de vacunación con los adultos mayores, donde he tenido la oportunidad de participar.

Considero este proceso como un acto de esperanza y poder contribuir con un granito de arena, fue una de las mejores vivencias poder mirar mayor tranquilidad en las personas adultas al recibir la vacuna.
La razón para ellos es que no es una simple vacuna, sino una esperanza de vida y de amor, porque hay gente preocupada por ellos. Cuando observan a un grupo de personas dedicadas a atenderlos y aplicarles la vacuna.

Para ellos es la oportunidad de #convivir con su familia, porque podrán reunirse nuevamente con sus hijos y nietos, además de libertad porque como dijo la señora Rosa (persona que recibió la vacuna): «ahora podré salir por mis tortillas».

Es increíble ver cada día personas adultas como Don Raúl, que después de recibir la vacuna renueva su esperanza por seguir viviendo y ver una nueva oportunidad.

Al salir de la sede del Estadio Olímpico, la señora, Margarita Herrera, refería que es confortable ver tantos #jóvenes alentadores y una atmósfera de cordialidad en la campaña de vacunación anti COVID. Mencionó que se sentía afortunada de recibir la vacuna, porque no todos tienen esta oportunidad, además de recibir como premio un ambiente musical mientras se le aplica la dosis y una bolsita con una botella de agua, naranja y barrita de amaranto.

Mientras que en la sede del Internado número 17 de la secretaría de Educación Pública, un adulto mayor agradeció al personal con un letrero hecho en cartulina.

Se habla tanto sobre el tema de la campaña de vacunación contra el coronavirus en México. Se dice que luce insuficiente, lenta y de su efectividad entre otras cuestiones, pero yo me siento afortunada de poder observar de primera mano y participar dentro de un grupo de personas de todas la edades dedicados a cumplir un objetivo en común; vacunar a la población con mayor vulnerabilidad, no importando la institución en la que laboran, sin hacer distinciones porque todos están unidos para un fin común; médicos, enfermeras, personal de la Marina, Instituciones como el INJUVE y programas sociales como Ponte pila o Pilares. Porque para poder lograr el objetivo se necesitó poner la intención de muchas personas.

Ver en los ojos de las personas adultas una esperanza, los nietos e hijos ocupándose de que sus abuelos o sus padres recibieron la vacuna, matrimonios de adultos mayores apoyándose y un grupo activo de personas participando en contribuir en esta situación de prevención y mejora, sólo me lleva a reflexionar que unidos podemos lograr avances positivos para nuestro país, como uno de los muchos ejemplos donde el pueblo mexicano se une para superar tragedias, como en su momento se hizo en los sismos, donde las diferencias, los partidos políticos y los prejuicios parecen desaparecer.

Es por ello que esta experiencia es inspiradora, porque habla de un principio más alto de unión, hermandad y solidaridad.

Las personas adultas mayores me enseñaron en esta campaña que no importa la edad que tengas, ya sean 60 años, incluso 90 o más, se sigue con esperanzas, sonriendo y llenos de energía de seguir mejorando, soñando, confiando y creando planes.

Entré a este evento con la intención de apoyar, pero me encontré con la sorpresa de que terminé aprendiendo de las personas mayores, basta con mirar su tenacidad de muchos de ellos que ya no pueden caminar, escuchar, sostenerse o incluso que no ven, pararse y asistir a las jornadas de vacunación con el fin de mayor esperanza de vida.

Por ello me permito compartir algunas recomendaciones a tomar en cuenta en el cuidado de las personas mayores:

Promover el desarrollo de la capacidad de empatía, es decir, tener comprensión hacia el adulto mayor (de sus problemas de salud y estado anímico).

Propiciar que el cuidado del adulto mayor no recaiga en una sola persona, para que sea de mayor calidad.

No infantilizar: aunque el adulto mayor requiere más paciencia, diálogo y negociación, es importante que se trate como alguien adulto y no como niño, pues eso puede ser contraproducente.

Asesorarse con un profesional en cuidado; para la familia, puede ser normal que al adulto mayor se le olviden algunas cosas y, si bien es cierto que eso ocurre con frecuencia, hay señales que sólo un experto notará como signos de demencia y podrá evaluar su estado real de salud, emocional y físico.

Evitar el abandono físico, donde ni siquiera lo llamamos e ignoramos las necesidades del adulto mayor.
Promover el rol tan importante que tiene la familia en el cuidado de los seres queridos como son las personas mayores.

Las personas mayores suelen saber que el ejercicio es bueno para su salud, pero es posible que no tengan la motivación o el estímulo para hacerlo. De ello la importancia de hacerlos participes en nuestras actividades físicas.

Para concluir, me gustaría mencionar que es importante interesarnos por el cuidado de las personas mayores. Es fundamental cuidar de ellos, pues tienen un papel de gran importancia en la integración y unión familiar. Además de Incorporar aprendizajes y tener conocimientos, mejorará la calidad de sus vidas.


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