Por: #MauricioVillanueva
Est. de Ciencias de la Comunicación #UNAM
Colaborador en #RevistaDivergencia
¿El hombre es malo por naturaleza o es la #sociedad la que lo corrompe? Este es uno de los grandes dilemas de la teoría política y social que desde el siglo XVI pensadores como Thomas Hobbes o Jean-Jacques Rousseau respondieron. Ellos plantearon una manera de organizar a las comunidades: el contrato social. En 2019, Netflix adaptó esta y otras discusiones al siglo XXI con su producción <<The Society>>.
La serie plantea la misteriosa desaparición de un grupo de preparatorianos en West Ham que son regresados prematuramente de un viaje escolar. Al volver, descubren que no tienen nada: familiares, conexión a #internet o comunicación con otras comunidades (ni canales de televisión, ni líneas telefónicas, ni carreteras), pero el pueblo es el mismo que dejaron.
En medio de ese misticismo surgen problemas y responsabilidades que absorbe Cassandra Pressman, líder natural de la comunidad #estudiantil, y junto con sus amigos -los personajes secundarios- conforman una suerte de aristocracia dedicada al mantenimiento del orden, la creación de conocimiento, la distribución comunal de la propiedad, etc. Los antagonistas son Harry Bingham, un niño rico del pueblo que se aferra a proteger su propiedad privada, y Campbell Eliot, primo de Cassandra y psicópata, quien representa un peligro constante para la sociedad.
La primera regla de Cassandra tiene que ver con la posesión de la comida y el acaparamiento de productos: se instaura un sistema racional y de comedores colectivos para evitar que la #ley del más fuerte determine la repartición del alimento. Tales decisiones remiten a postulados sobre la propiedad como los de John Locke. También crea un acuerdo colectivo (¿contrato social?) que lleva a los pobladores a confiar en ellos mismos, en el orden comunal, a renunciar a su egoísmo y a descartar el posible uso de la violencia para sobrevivir mientras descubren cómo volver a su pasada realidad.
Al carecer de instituciones y basar la #seguridad en la voluntad individual, esta es endeble. Tal fragilidad deviene en el asesinato de Cassandra, hecho con el que <<New Ham>> entra en un período de incertidumbre. Ante un potencial caos, Allie, hermana de Cassandra, hereda y se erige con la facultad de líder. Con ella al frente, surgen conflictos sobre el ejercicio del poder, la toma de decisiones, la impartición de justicia y la legitimidad. En varios momentos de deliberación colectiva e individual, los principios de Nicolás Maquiavelo para el mantenimiento del #poder (es mejor ser temido que amado, por ejemplo) son adoptados por Allie en aras de garantizar la seguridad y el funcionamiento social.
En la medida que el sistema comunal es efectivo, la nueva protagonista adquiere mayor potestad, pero esta es cada vez más cuestionada por un #pueblo descontento con la rotación de trabajos, la obligación de los ricos de compartir y la inexistencia de una ley clara o de un órgano de justicia ajeno al poder personal de Allie. Y es que la única institución <<policial>>, <<La guardia>>, se conforma por el equipo de fútbol de la escuela que se subordina primero a Cassandra y luego ante Allie.
El problema de la toma de decisiones se agranda al chocar con la publicidad del poder: hay acciones de <<#gobierno>> que ameritan secrecía y que, al develarse, minan en la legitimidad de Allie. Sus desaciertos en este rubro apuntalan el desorden colectivo en vísperas de un momento coyuntural: el fin de los suministros de alimento. La inquietud social orilla a la protagonista a convocar a elecciones. Con ello, el poder se acerca a una institucionalización y el pueblo a una madurez suficiente como para que en él recaiga la #soberanía, tal y como los pensadores de la ilustración lo propusieron.
En un proceso paralelo, los pobladores de New Ham buscan desde su llegada formas de cohesión o diversión: el alcohol, las drogas y el sexo son la primera alternativa, pero con el tiempo se desarrollan juegos autóctonos y celebraciones que animen el espíritu colectivo y fortalezcan la #identidad de conjunto. Un baile de graduación, una cena de acción de gracias y otros eventos apaciguan intermitentemente las tensiones del grupo.
Previo a la elección, Allie envía una expedición en busca de tierras fértiles para comenzar a ser un pueblo #autosustentable. Ella apela al sentido colectivo como lo único que salvará al pueblo frente a la crisis, mientras sus amigos creen que ganar las elecciones servirá para legitimar y prolongar el comunismo que hasta ese momento funcionaba. Pero Harry, manipulado por Campbell, también se apunta a las elecciones con la promesa de restaurar la propiedad privada; y Lexie, una inconforme chica del pueblo, se candidatea con un discurso populista: aprovecha el descontento con Allie para enardecer a sectores de la comunidad y les promete –sin decir cómo- que las cosas mejorarán si la eligen.
Hacia el cierre de la primera temporada, Harry, Campbell y Lexie articulan un golpe de estado con <<La guardia>> para hacerse del #liderazgo, sin entender la magnitud ni la responsabilidad que implica tener el poder. Con esto, culmina el momento fundacional del pueblo a través del contrato social (entregando la libertad individual a cambio de seguridad, como Hobbes lo planteó) y se vislumbra un porvenir con más problemas políticos, económicos y, por supuesto, sociales.
Luego del amigable aterrizaje que <<The Society>> hace de varios conceptos de la teoría social y #política, es lamentable no poder ver desglosadas en temporadas subsecuentes nuevas temáticas como la del poder, su personificación y su mantenimiento con principios maquiavélicos, el desarrollo de un nuevo modo de producción y la creación de instituciones. Netflix canceló la segunda temporada en 2020 a causa del #COVID19.
No hay comentarios:
Publicar un comentario