Por: #MichelMiranda
Lic. Relaciones Comerciales #IPN
Colaboradora de #RevistaDivergencia
Siempre que vamos en nuestros autos, transporte público, bicicleta o como peatones, coincidimos en un mismo punto; el #semáforo. Y es ahí, donde sin intención, las personas interactúan con su prójimo, incluso más de lo que desearían, pero pocas veces apreciamos lo que distingue ese breve momento del resto. Entre #vendedores ambulantes, limpia parabrisas, mentadas de madre, peleas familiares, música y estrés, se encuentran jóvenes talentosos que exponen su #arte frente un auditorio que pocas veces ve la complejidad de sus actos; los semaforistas artísticos.
Y ¿qué es un semaforista? Según diferentes artículos que retratan las condiciones de vida en México, un #semaforista es una persona nacida en «el bajo mundo» que por obra de lo que hace o vende sólo retrasa su #muerte, sin embargo, pocos periodistas e intelectuales han identificado el verdadero significado de esta palabra.
Las condiciones que llevan a una persona a pertenecer a este #grupo social son diversas y no sóllo se debe a nacer en «el bajo mundo», incluso, quizá, ni siquiera se necesite pertenecer a él para serlo. Parte de las razones por las cuales #jóvenes talentosos pertenecen a este estrato, son las influencias, carencia de cariño, o incluso curiosidad, sería incorrecto prejuzgar a una persona únicamente por su medio de expresión o #condiciones de vida.
Los #jóvenes semaforistas artísticos han permanecido desde tiempo atrás, creando alrededor de esta práctica tabúes, miedo, prejuicios, desconsideración y generalmente #indiferencia, pero pocas personas son capaces de apreciar el verdadero trabajo artístico que esta población realiza en un #espacio tan común y a la vez tan ajeno a todos.
El #apoyo a estos individuos en ocasiones es inexistente, sólo recuerda las pláticas que llegaste a tener de niño con alguna persona mayor como tus padres, abuelos, tíos o conocidos, donde afirmaban que ser #semaforista era lo peor, que deberías sentirte afortunado de tener un hogar y gente que te ame, comida o un techo; que esos niños y jóvenes no tenían a nadie, que en ocasiones podías verlos cantando, escupiendo fuego, haciendo acrobacias y en otros meneándose, tomando o tirados en la #calle. Y ni hablar de las #amenazas de tus padres cuando no querías estudiar o hacer tus deberes, «si sigues así, te voy a llevar a que vendas chicles en el semáforo», «si no te apuras a tu tarea, terminaras como el niño que canta en el semáforo», «deberías sentirte afortunado, a ese niño que limpia vidrios le gustaría comer lo que tienes en el plato». Y sin querer nosotros como #sociedad hemos marginado a esos chicos que se ganan la #vida mostrando su talento y montando nuevos espectáculos en un breve momento, impactar a decenas de personas en tan solo 60 segundos.
Lo triste de esto es que a pesar de que ser semaforista a veces no es una elección, o no es algo que se desee con anhelo, hay pocas #instituciones y asociaciones preocupadas en encaminar a chicos con vocación artística que, si bien la mayoría de ellos no cuentan con alguna formación artística o circense, poseen un gran talento y ansias por demostrar a más lo que son capaces de hacer. También existen aquellos quienes no tienen #vocación o que a pesar de tenerla no disfrutan de hacer estos actos y sólo los realizan por necesidad, siendo únicamente una forma de #ganarse la vida, pero también el #desprecio de la sociedad.
Los semaforistas artísticos pueden ser desde chicos de la #calle hasta personas con familia que disfrutan de mostrar su talento en una esquina o en el paso peatonal, que en ocasiones no pretenden causar #lástima o remordimiento a su audiencia, sino #expresar o comunicar diferentes ideas que surgen desde su marginación y que ponen en riesgo sus vidas en muchas ocasiones.
Hoy en día, existen pocas asociaciones e instituciones que se preocupan por rescatar a estos chicos en condiciones de #vulnerabilidad, fomentar su crecimiento y enriquecer su talento artístico, convirtiéndose en una labor exhaustiva, ya que a muchos de los que se rescatan vuelven en poco tiempo a sus #adicciones o #problemas personales que, en la gran mayoría de las veces, son por cuestiones ajenas a las organizaciones, sin embargo, la falta de fondos en #programas o comunicación social para hacer crecer los proyectos son determinantes para su persistencia en nuestra sociedad.
#Circolo A.C., es una de las escasas organizaciones que han volteado a ver este problema social y que, a través de la potencialización de las capacidades artísticas, como habilidades corporales y emocionales de los jóvenes semaforistas, han creado programas que incluyen la #reinserción de dichos en la sociedad, permitiéndoles externar un #lenguaje expresivo por medio del performance. La Asociación también ha detectado oportunidades en este sector y ha incursionado en el mundo del entretenimiento, para que de esta forma se #autosostenga, disminuya su dependencia del estado y se creen recursos monetarios para los jóvenes que han decidido unirse.
La próxima vez que te detengas en un semáforo, piensa en el #espectáculo gratuito que estás presenciando y quizá en lugar de ignorarlo, puedas darle una oportunidad, prestar la atención que nunca le damos, recordar todas las #variables que pueden implicar que un joven arroje fuego por la boca, haga acrobacias, cante o baile; y que sin importar el riesgo que implique hacer su acto, ellos estarán dispuestos a hacerlo por el simple hecho de ganarse una #moneda al entretenernos.
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