Por: #ZaidaVillanueva
Est. Lic. en Derecho #UNAM.
Colaboradora de #RevistaDivergencia
Este año,sin duda alguna, ha sido uno de los más complicados para todo el mundo, ha habido grandes cambios y con ellos #enseñanzas que nos han hecho repensar las formas en las que hacemos determinadas cosas; el escenario de las #actividades que regularmente se hacían sin el COVID-19 han hecho ciertas modificaciones para seguir funcionando que han causado tal revolución, todo un precedente.
Uno de los sectores que se han innovado para garantizar un derecho fundamental es el ámbito #educativo, que en esta pandemia han seguido (así como seguirán hasta nuevo aviso) apostando por un modelo educativo donde se cambiaron las aulas como comúnmente las conocíamos a aulas virtuales donde los canales de comunicación si bien no han sido los más idóneos para todos, si han hecho su labor por seguir garantizando el #derecho a la educación.
A pesar de los grandes esfuerzos que hemos visto reflejados por los profesores e instituciones en su afán porque se siga aprendiendo a través de #medios electrónicos, lo cierto es que por lo que hace a los países en desarrollo, sus consecuencias han sido considerablemente devastadoras pues es bien sabido que existe un registro muy alto de pérdida de aprendizaje, incremento en la tasa de abandono escolar, así como aumentó la #violencia en contra de niños, niñas y adolescentes.
Tristemente, y aún cuando se ha trabajado en México para garantizar la educación en esta época de confinamiento por el virus COVID-19, es cierto que el sector más vulnerable han sido los #niños que se encuentran en #pobreza, ya que, al cerrarse las escuelas, muchas de las medidas que se han tomado tienden a no ser efectivas para niños que, por ejemplo, viven en comunidades donde no existen los #servicios básicos como el del agua o la luz.
Evidentemente al ser un #problema de talla internacional, la ONU trabajó a marchas forzadas para defender esta continuidad del aprendizaje, aún cuando la forma en la que siempre han trabajado las escuelas se viera totalmente modificada, sin embargo, en marzo, la Directora General de la UNESCO, Audrey Azoulay, manifestó que la escala global y la velocidad de la interrupción educativa actual no tienen precedentes y que de prolongarse podría #amenazar el derecho a la educación.
Es importante monitorear a este sector en específico, creando #escenarios oportunos para que todos los niños, niñas y adolescentes (en México, por ser el país que nos corresponde) sigan teniendo garantizado su derecho a la educación y este no se vea menoscabado por la pandemia, que si bien existe ya una vacuna que protegerá de este virus tan agresivo que ahora nos acecha, los efectos a largo plazo de ignorar el tema educativo podría dejarnos grandes #secuelas como sociedad y país.
Sin duda alguna, este trabajo titánico no sólo es cuestión de las #instituciones y del personal de las mismas exclusivamente, sino también de cada una de las familias para que, al trabajar en conjunto, pueda obtenerse un resultado que garantice en todo momento este derecho fundamental: la educación.
Son tiempos difíciles para ser estudiantes, pero hay que #empatizar, #apoyar y continuar creciendo.
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