Por: #LissetGinez
Est. Lic. Sociología #UNAM
Colaboradora de #RevistaDivergencia
Hace unos días se hizo viral el caso de un hombre que había sido #arrestado y trasladado de manera preventiva al Reclusorio Varonil Norte. El arresto correspondía a la denuncia por parte de su pareja quien argumentó que el hombre poseía el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) y no le informó y, por ende, la había puesto en riesgo de «contagio». Los #medios que compartieron la noticia, desde luego, perpetuaron #discursos de odio y discriminación, dado que fueron elaborados desde los prejuicios, estigmas y desinformación sobre las personas que poseen una Infección de Transmisión Sexual (ITS).
Una persona que posee una ITS no debería ser #criminalizada. La realidad es que, al tener una vida sexual compartida, cualquier persona sin distinción en género, sexo, orientación sexual, raza, edad y profesión, puede adquirir una ITS. Es importante señalar que no se habla de «contagio», sino de #transmisión, el cual se puede obtener por contacto sexual oral, vaginal, anal, y por el roce de genitales.
La mayoría de las ITS son #asintomáticas, es decir, no presentan ninguna manifestación visible; por ello, para obtener un #diagnóstico certero que permita conocer el estado de salud, se puede utilizar herramientas como las revisiones periódicas con un #especialista (revisiones ginecológicas y urológicas) y pruebas de ITS, desde que se inicia una #vida sexual. Estas herramientas son de #autocuidado y autoconocimiento para cada persona.
Un diagnóstico temprano de una ITS, permite iniciar un #tratamiento sencillo y eficaz, incluso reducir las probabilidades de transmisión de las mismas. No obstante, la transmisión de una #Infección de Transmisión es algo frecuente y común en una vida sexual compartida. El #uso del condón (femenino y masculino), además de evitar un embarazo no deseado, también reduce hasta en 70% la transmisión, pero no totalmente. Existen #riesgos.
Adquirir y vivir con una ITS no es sinónimo de un castigo por disfrutar vida sexual activa. No se trata de un crimen, es una #realidad que no debe atemorizar. Es un #tema que necesita ser hablado y visibilizado no desde el rechazo, #prejuicio o la estigmatización. Además, cada persona es #libre de decidir si contar o no su diagnóstico y en qué momento hacerlo, sin transgredir su derecho a la privacidad.
Lo cierto es que urge #hablar del tema y cambiar la narrativa que existe y los mitos sobre ello. Tener un diagnóstico sobre una ITS no termina la #vida sexual, afectiva y social, pero el que continúen perpetuando los #prejuicios y estigmas, sí lo termina.
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