Por: #ArmandoMartínez
Lic. En Psicología #UNAM
Colaborador de #RevistaDivergencia
México 2021, el pico de la #Pandemia llegó y arrasó con familias, esperanza y muchas vidas humanas. El encierro «total» que se llevó a cabo en México trajo consigo grandes problemas; desempleo, hambruna, problemas económicos, una alta convivencia de todos los mismos de la familia en periodos prolongados de tiempo, sumado a las muertes por #COVID, todo esto trajo consigo una catástrofe.
Las autoridades decían: «quédate en casa, ahí estarás seguro». L a realidad para muchas #familias mexicanas fue que no era así, ya que los tiempos de convivencia familiar fueron en aumento y se produjeron roces entre los miembros que, con el paso del tiempo, en muchas viviendas donde se supondría se debería estar «seguro» dejaron de estarlo y comenzaron a tener eventos de #violencia Intrafamiliar.
Si bien, #México siempre han tenido altos niveles de violencia intrafamiliar (situación que no se debe normalizar), según la UNOW, en el país 2 de cada 3 mujeres mencionan haber vivido algún tipo de violencia desde los 15 años de edad, es decir, que más de 19 millones de #mujeres en México viven #desigualdad.
El 2020 cerró con 220 mil 28 denuncias por violencia familiar según datos de #AnimalPolitico, y este año las cifras y datos que se están recabando van en aumento, a pesar de que el presidente y demás mandatarios del país quieran minimizar lo sucedido.
Pero, ¿a qué vamos con esto? Primero se pretende explicar algunas #conductas de violencia intrafamiliar con el objetivo de no normalizar acciones ni conductas, ya que cuando se está en un círculo familiar se puede llegar a reconocer como normales ciertas acciones que pretenden violentar a la #familia.
Así como #sensibilizar a las personas para que no vuelvan a tolerar que alguien las violente, y empoderarlas para que puedan denunciar y así librarse de sus agresores.
La violencia intrafamiliar es todo aquel #acto de #poder u omisión recurrente, dirigido a dominar, someter, agredir física, psico-emocional o socialmente a cualquier miembro de la familia. El eje central de la violencia es la necesidad de ejercer #superioridad, dominio y control sobre otra persona y para lograrlo se ejerce agresión, según el IEST-ANÁHUAC.
La #violencia como tradicionalmente la conocemos está asociada a maltrato físico, abusos, golpes y situaciones en las que la persona violentada recibe un daño físico, sin embargo, siempre se cuenta con amenazas previas a pasar a algo físico, pequeños apretones en los brazos para tener el control de la persona, miradas lascivas, pequeños golpes «sin importancia» o «con cariños», las cuales pueden terminar en golpes o maltrato.
A pesar de que el #maltrato físico es el más común y reconocido, la violencia #psicológica y social suele presentarse primero, pero debido a que no presenta agresión física suele ser minimizado.
Conductas como modificar hechos para que el agresor no pierda el estandarte de «yo nunca me equivoco» o «tú eres menos que yo», suelen ser comunes y son un comienzo para una futura #agresión con mayor repercusión.
Cortar pláticas o situaciones de convivencia familiar sin motivo aparente, sólo para tener el control total y hacer menos importante lo que se está comentando, es otra de las micro-conductas de violencias, por ejemplo:
«¿Pueden guardar silencio? Lo que hablan es tonto, no quiero que hablen de eso, si van a hablar que sea de algo interesante, no de sus tonterías». También subirle al televisor o irse cuando se habla de alguna situación de interés para la familia, son micro conductas de violencia.
Si en algún momento el #agresor trata a los violentados como sus sirvientes domésticos y, además, se encarga de desordenar y tirar el trabajo realizado en tareas domésticas sin algún motivo, también están en una situación de violencia intrafamiliar.
Y de las situaciones más comunes, si trata de aislarla de sus círculos de amistad o familiares es porque están en una situación violenta, con frases como:
- «¿Usted por qué debe de quererla?, yo soy su esposo y usted su mamá, entonces no debe ni siquiera de quererla».
- «No quiero que vayas a tal reunión, porque va a estar el familiar que yo odio».
- «¿Ya le dijiste a tu Papá que no vas a ir al viaje al cual te invitó?, yo no voy a ir, entonces tú tampoco».
- «Yo creo que ya se acabaron las fiestas con tus amigos, ya estás conmigo, entonces si yo no salgo tú no sales».
Lamentablemente para las autoridades y la sociedad en la que vivimos, este tipo de violencia pocas veces es reconocida, incluso ante los propios familiares que son los primeros en tapar estas conductas, al final queda en un «estás loco», «¿pues qué le hiciste para que te hiciera eso?». Sino existe marca del #golpe no importas, sin embargo, no temas, hay personas que pueden ayudarte; te entenderán y apoyarán para que salgas de esa situación violenta.
Muchas mujeres pasan diariamente por estas situaciones, su caso y el de miles más están presentes, a pesar de que se pide ayuda y apoyo no son escuchadas, por la única razón de que no hay marca visible, no hay un moretón, una llaga, un dolor físico, una fractura o, incluso, la #muerte.
No esperes a que tu caso llegue al daño físico, #alza la voz, exprésate y busca un lugar donde puedan apoyarte. A continuación, dejaré números de emergencia donde pueden apoyarte.
Recuerden, no porque pasen a diario ciertas cosas significa que son normales, no normalice, no minimicen y háganse escuchar; siempre habrá personas que querrán ayudar.
Centro de Atención a la Violencia Intrafamiliar (CAVI)
- 55 5345 5248
- 55 5345 5228
- 55 5345 5229
Centro de Apoyo Sociojurídico a Víctimas del Delito Violento (ADEVI)
- (55) 5345 5066
Centro de Atención a Riesgos Victímales y Adicciones (CARIVA)
-(55) 5345 5066.
Centros de Justicia para las Mujeres
- (55) 5346 8394
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